Carta nº 44

Enero 2011

Como el mar.
Violento y hermoso. Profundo.
Se aleja y arrastra todo. Te hunde.
Vuelve a golpearte en un abrazo inmenso. Te llena, te cubre.
Va. Viene. Se aleja, vuelve a uno.
Y cada vez que lo hace, lo hace de manera única.
Lo hace de una manera pasional.
Es transparente, o la furia lo revuelve.
Así mismo. Vos.
Como el mar.

Probablemente...

Hoy perdiste algo precioso. Probablemente nunca te des cuenta.
A cada segundo millones y millones de chances tienen su oportunidad de hacerse realidad, y probablemente las ignores todas.
Todos los momentos de nuestra vida están llenos de momentos mágicos que tenemos que cazar al vuelo, y saborearlos, compartirlos, y hacerlos historia. Probablemente no me creas.
Cada beso, cada sonrisa, cada caricia es única; cada vez que cazamos un arco iris, una tormenta, un color, es irrepetible. Probablemente no lo sepas.
Tal vez recuerdes una tarde de playa, tomado de mi mano y una bandada de gaviotas sobre nuestras cabezas. Probablemente guardes en tu corazón algunos momentos que se resisten al olvido. Es posible que me equivoque.
No creas que soy pesimista. Solo huelo tu miedo.