Tesoro

"Circulan miles de historias sobre un tesoro, durante muchos años codiciado por hombres de poder. Muchos caza-recompensas, muchos hombres de valor se han perdido en su búsqueda.
Yo, Jeremiah el sabio, lo encontré.
Al momento en que escribo esta carta, tengo ya más de ochenta años. Empecé mi búsqueda cuando era un pequeño, con la fantasía de convertirme en un gran hombre. Ya no sé qué llenaba mi mundo antes de ello.
No puedo explicar la emoción que sentí cuando finalmente lo hallé, aunque supongo que si tú, lector, tienes en las manos esta carta, habrás sentido lo mismo.
Sería un placer hermoso poder ver tu rostro cuando lo veas"

El tesoro resalta en la habitación. Es un hermoso baúl de madera, con refuerzos en oro, y decorado con los más hermosos labrados y las piedras más brillantes. Descansa sobre un pedestal decorado en sus cuatro lados por escenas, de las que no se termina de entender la representación.
Al abrirlo, se sorprende uno de ver su contenido. Hay varios papeles, que al observarlos en detalle se descubren como cartas, dibujos, retratos. Hay varios más pequeños; boletos de viaje, entradas a espectáculos, y pequeñas publicidades. Un mazo de cartas, dados, una foto. Algunos amuletos extraños, y un reloj. Pequeñas estatuillas en escala, de diferentes monumentos, de distintas personas. Unos libros, unos discos. Dos anillos y un colgante, que, aunque parecen de oro y plata, no son mucho más valiosos de lo que puede ser cualquier otro que tengamos. También había un espejo.
Solo eso se halló en el baúl. Y en el fondo, otra carta.

"Viajero, te habla de nuevo Jeremiah el sabio. Este es el preciado tesoro que muchos hombres han codiciado. Era de una persona cuyo mayor deseo, era conservar su memoria, los recuerdos de su felicidad.
Yo pasé mi vida buscando los recuerdos de alguien más, y descuidé los míos."


Agosto 2010

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