Deseos

Vaya uno a saber, a esta altura de la vida, de la memoria y del mundo, en qué habre estado pensando cuando escribí esto. De todos modos, no puedo dejar de notar lo frenético y desesperado que se torna, como un remolino de locura.
En fin, se nota que hace tiempo estoy bastante loca...

A veces deseo tantas cosas que me abrumo. Quisiera hacer, quisiera ser, quisiera sentir, quisiera desear, quisiera poder, quisiera querer, quisiera desear.
Inútil… Solo voy a lograr ser lo que soy, y un poco más que se puede llegar a lograr alimentando la insanía de una mente con problemas de entendimiento tal vez, o con problemas para aceptar ciertas oscuras y no tan claras realidades. Y al fin y al cabo digo: “Si acepto la realidad, si acepto lo que es, es un poco de conformismo también”. Es la disminución de un mundo adyacente conservado y comprimido en mi cabeza a la simple y aburrida admisión de que no es realidad. Si acepto la realidad, estoy siendo conformista, estoy diciendo que eso es lo que hay para nosotros, ni más ni menos, matando posibilidades, matando oportunidades, y matando mi maliciosa imaginación, que lucha todas las mañanas conmigo, como la oscuridad con el sol para no dejarlo amanecer. Lucha contra mí, sabiendo que su aliada, la voluntad, no está respondiendo, no está siendo de ayuda; es una sucia rata espía, que se dice su aliada para dejarla sola cuando la imaginación más la necesita. Y una vez más tendría que decir sobre mi mentirosa voluntad, que es lo que hay, pero una vez más caemos en el conformismo.
El conformismo está en todos lados, y así somos, y así seremos, siempre teniendo que aceptar alguna mañosa y sucia premisa, siempre hay una trampa, siempre hay una trampa, siempre hay una trampa.
Estoy quedándome sola, estoy volviéndome loca, estoy desesperando, o al menos una vez cada 23 minutos sucede, y por los restantes 7 minutos siento devenir el mundo en una cosa viscosa y enferma, hasta completar mi media hora y volver a una sencilla pero incierta sanidad, o al menos una simple tranquilidad por los siguientes 23 minutos, y así soy un reloj más, tic-tac, tic-tac, y tampoco puedo escapar a eso, aunque no me resigne, aunque me resista, aunque no me conforme, aunque quiera ignorar.
Y así volvemos, apretando los ojos, sintiendo nauseas, por el vertiginosos espiral que hace nuevamente que desee muchas cosas y me abrume en mi misma, para terminar pensando que todo esto tiene algo que ver con lo que siento, y allí se pierde mi mente y me olvido de expresar.

22-09-08

No hay comentarios:

Publicar un comentario