Sonatina

Esta es una pequeña hija mía, muy querida, a la que he llevado de concurso en concurso, de lectura en lectura, y tiene sus bonitos galardones, y la suerte de estar lindamente publicado.
Más allá de sus honores, le tengo mucho cariño. Gracias Ruben Darío.

Sonatina

La princesa está triste,
¿qué tendrá la princesa?
¿Algún profano pensamiento
sucumbió su letargo,
su calma críptica seductora,
sus frías manos filosas?
El sueño etéreo de su edén,
la magnificencia de su ilusión,
la albura efímera de su alma de océano,
¿habrá sido todo eso destrozado?
La princesa está triste,
sus ojos y sus labios lo denotan.
Los efluvios de sus ojos perturbados que inquieren,
y hasta el mismo aire la observa
sin saber si llenarla,
o llamar a la blanca muerte
a que acalle su ominosa pena.
Esos labios de arena y sal
que prohíben salir palabra alguna;
labios que robó al océano;
labios que ningún humano osaría besar.
La princesa está triste,
ve su monótono mundo perfecto quebrantado.
La realidad la envuelve, la llena, la ahoga,
y busca los brazos que siempre la contuvieron;
el pecho firme, el hombro húmedo de lagrimas.
La princesa ya no está triste,
su señor, su dueño, los ojos que la observan, están cerca...
...y a la vez tan lejos...
lejos... lejos de ser solo su ilusión.

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